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¿Qué es una Parroquia?

Una parroquia no es una comunidad aislada, sino que está en comunión con las parroquias vecinas (arciprestazgo), y forma parte de una diócesis, que es la estructura básica de la Iglesia. El obispo, sucesor de los apóstoles de Jesús, asegura la comunión con toda la Iglesia universal presidida por el papa de Roma. Todos los bautizados formamos parte de la parroquia, todos somos miembros de esta parroquia y nos tenemos que sentir partícipes y corresponsables de ella.

La parroquia: una comunidad

La parroquia no es un edificio, ni un territorio, ni un lugar en el que se ofrecen servicios religiosos. La parroquia es una comunidad de personas que viven y comparten su fe cristiana, con todo lo que esto implica. Es una comunidad cristiana, o sea, el conjunto de personas que viven la fe en Dios y en Jesucristo formando parte de la Iglesia, en un territorio determinado (una población, un barrio, etc.)

El templo o iglesia

El templo parroquial o iglesia es el lugar principal donde los cristianos nos reunimos para celebrar la fe. Es el lugar de oración, sobre todo comunitaria, aunque también personal, el lugar donde se celebra la Eucaristía y los demás sacramentos. Pero en la parroquia se desarrollan muchas actividades, y por eso tiene otros espacios como salas para la catequesis, para reuniones, para acoger a personas… Y también, a menudo, hay una vivienda en la que reside el sacerdote o sacerdotes que atienden la parroquia.

La comunidad parroquial está formada por las personas que la integran, y todas son importantes, porque todas son hijas de Dios por el bautismo y por la fe. El responsable es el párroco, que coordina todas las actividades que en ella se desarrollan, cumpliendo el encargo que ha recibido del obispo de servir a esta comunidad por un tiempo. Además, por el hecho de haber recibido el sacramento del orden sacerdotal, preside las celebraciones de la Eucaristía y de los sacramentos y cuida el acompañamiento espiritual de las personas. Pero la parroquia no es el párroco, no es del párroco ni de los demás sacerdotes. Estos están para servir a la comunidad, y los auténticos protagonistas de la comunidad son los feligreses que la forman. Por eso hay tantos hombres y mujeres que participan en la vida de la parroquia, comprometidos en tantas actividades pastorales. Vale la pena destacar el consejo pastoral parroquial, que juntamente con la párroco vela por el buen funcionamiento de todas las actividades y de la vida cristiana de la comunidad. Toda la vida de la Parroquia se podría dividir en tres ámbitos, que a su vez responden también a las tres grandes dimensiones de la fe cristiana: 

1 La Celebración de la Fe

Ministerio Litúrgico Las celebraciones litúrgicas son el centro de la vida cristiana, en las que la comunidad celebra su fe. Sobre todo, la Eucaristía del domingo, aunque también las misas de los días laborales y los otros sacramentos (bautismos, matrimonios…), las exequias por los difuntos y también otros encuentros de oración (Exposición del Santísimo los jueves). La iglesia, o templo, es el lugar propio de estas celebraciones, donde todo está dispuesto de tal manera que favorezca estos actos de culto en las cuales la comunidad escucha la Palabra de Dios y recibe su gracia a través de los sacramentos, pero ella también se dirige a Dios con las oraciones, los cantos, el silencio… Todos juntos alabamos al Señor, le damos gracias, le confiamos nuestras necesidades y las de los hermanos, y nos ofrecemos nosotros mismos. Nunca como en estas celebraciones los cristianos nos sentimos hermanos y hermanas entre nosotros, hijos de Dios y discípulos de Jesús con la fuerza del Espíritu Santo. La parroquia no es un edificio, ni un territorio, ni un lugar en el que se ofrecen servicios religiosos. La parroquia es una comunidad de personas que viven y comparten su fe cristiana, con todo lo que esto implica. Es una comunidad cristiana, o sea, el conjunto de personas que viven la fe en Dios y en Jesucristo formando parte de la Iglesia, en un territorio determinado (una población, un barrio, etc.) El templo o iglesia ¿Y qué se hace en la parroquia? 

2 La formación cristiana

Ministerio de la Palabra En la parroquia nos preocupamos por transmitir y profundizar los contenidos y también la vivencia de la fe. Esto se hace en la catequesis para preparar un sacramento: los niños y los jóvenes que se preparan para recibir la Primera Comunión o la Confirmación, los padres y padrinos de los niños que han de recibir el Bautismo; los novios que se preparan para el Matrimonio… Aunque no solo para preparar un sacramento, sino que también hay grupos de catequesis continuada, y grupos de jóvenes, de matrimonios, de padres y madres… Los adultos también necesitan formarse: por eso se ofrecen grupos de catequesis de adultos, o charlas y conferencia, o grupos de revisión de vida, de estudio de evangelio… 

3 El servicio a los demás

La vida comunitaria Finalmente, en la Parroquia realizamos una serie de actividades de servicio a los demás, especialmente a los más necesitados. Está el grupo de Cáritas, que ofrece acogida y acompañamiento a los más necesitados, el de los que van a visitar enfermos, grupos de ayuda al Tercer Mundo, como Manos Unidas, y de voluntarios diversos de servicio desinteresado para con los demás.

Organización de la parroquia

Consejo parroquial de Economía

Descarga de Estatutos Consejo Parroquia de Economía

Consejo Parroquial Pastoral

Descarga de Estatutos Consejo Parroquial Pastoral

Solicitud entrega de documentación

Certificados de Bautismos, Confirmación. Matrimonio, Defunción...)

Grupo de Animación Litúrgica

  • Lectores
  • Salmistas
  • Cantores
  • Acomodadores
  • Edición de folletos litúrgicos
  • Repartidores de folletos
  • Grupo de acólitos y monaguillos
  • Grupo de preparación de oración 
  • Grupo de preparación de la Liturgia
  • Sacristía: ropero, ornamentos…

Grupo de Formación Cristiana

  • Cursillos Pre-Bautismales
  • Catequesis de Primera Comunión
  • Catequesis de Postcomunión
  • Catequesis de Confirmación
  • Catequesis de Adultos
  • Cursillos Pre-Matrimoniales
  • Grupo de Vida Ascendente
  • Equipos de Nuestra Señora
  • Catequesis Proyecto Amor Conyugal

Servicio a los demás

  • Grupo de Visitadores de Enfermos
  • Grupo de Cáritas Parroquial
  • Limpieza de Templo y Salones
  • Mantenimiento del complejo parroquial
  • Mantenimiento de plantas y adornos florales

Párrocos

La Parroquia está encomendada a un sacerdote que llamamos párroco, el cual es nombrado por el señor obispo para que, con los demás sacerdotes que trabajan con él, anime, ayude y sirva a los cristianos de su Iglesia. O grupo de hermanos.

Listado de Párrocos
Párroco actual

Actualmente nuestro párroco es D. Pascual Hellín Gil, de La Ñora (Murcia) y fue ordenado sacerdote el 28 de julio de 1996. Tras su último destino de servicio a la Iglesia, nuestro Obispo D. José Manuel Lorca lo nombró, en el verano de 2022, párroco de la parroquia Santiago Apóstol de Lorquí. Desde el 15 de septiembre de ese mismo año, está sirviendo en esta Parroquia.

Historia

Se trata de un edificio que presenta las características estilísticas comunes a todas las iglesias murcianas de finales del siglo XVIII.

Las obras de la actual parroquia se iniciaron en 1765, pero la falta de recursos económicos paralizó la construcción a los dos años de comenzada. Esta precariedad económica continuó hasta finales de siglo. Tras varios años de parada forzosa, tanto el presbítero y fabriquero del momento, Francisco Sánchez Osorio como Antonio Marco, empiezan a buscar fondos; para ello acuden al Tribunal Eclesiástico con un informe sobre el grave estado de deterioro que sufre la vieja iglesia, la escasa capacidad de su aforo y el riesgo de perder el dinero ya invertido en la nueva por abandono.

En 1782 el presbítero Ramón Rubín de Celis, que era hermano del obispo, ordenó que el cura de la iglesia parroquial de Molina y un notario acudieran a Lorquí para entrevistar a varios vecinos acerca del estado de la iglesia, nombrar maestro alarife, estudiar el estado de las obras y presupuestar los trabajos de terminación de la nueva iglesia.

Toda la gente entrevistada coincidió en declarar que la ruina de la iglesia vieja era inminente debido al desplome de sus paredes y a las grietas del arco de la nave; también comentaron que un año antes, en 1781, la iglesia había sufrido el robo de sus alhajas y ajuar.

El 13 de julio de 1782 se nombraron los dos técnicos: Francisco Bolarín, maestro alarife de la Catedral desde 1771, y Julián Sánchez. El 20 de ese mismo mes emitieron su informe y corroboraron la amenaza de derrumbe de los muros maestros, ya que las pilastras estaban reventadas porque eran de tierra, así como el estado alarmante de los arcos. Por consiguiente, la cubierta también amenazaba ruina y consideraban su reparación inútil al tratarse de una obra que contaba con 200 años de antigüedad. También pasaron revista a las paralizadas obras de la iglesia nueva, alabando su basamento y tamaño, y calcularon un presupuesto para su terminación. En septiembre de 1784 desde Lorquí se comunica que la nueva iglesia, de tres naves, está levantada hasta cuatro varas (Unos 3,3 m de altura).

Titularidad

Obispado Diócesis de Cartagena

Periodo

1765-1827

Estilo

Barroco Neoclásico

Arquitecto

Construcción terminada por Pedro Gilabert

Accesos

Ubicada en el centro urbano. C/ La Reina de Lorquí

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El empujón definitivo se dio a partir del 18 de marzo de 1797.

Para entonces, hay un nuevo obispo, Victoriano López Gonzalo, y un nuevo fabriquero, Manuel Moreno. A lo largo de los años de abandono, Lorquí ha invertido por su cuenta 20.000 reales y el templo está sólo a falta de cubrir. Por fin, el 14 de junio de 1797, el Cabildo acuerda conceder la tercera parte del diezmo de cuatro años de Lorquí y Hondones (se trataba de una ermita dedicada a San Carlos, existente en El Llano o Fondón de Molina) para que se concluyan las obras.

La construcción fue terminada por Pedro Gilabert en 1799. Pero pese a que el exterior del templo estaba casi terminado, aún faltaban algunos detalles y todo el interior, de modo que no pudo celebrarse la inauguración. Además se dio la circunstancia de que los años siguientes resultaron muy convulsos: la invasión francesa, el agitado regreso de Fernando VII, la incertidumbre del Trienio Liberal (1820-1823) o la guerra de la independencia de las colonias americanas ralentizaron la edificación. Finalmente la iglesia fue inaugurada el 29 de abril de 1827, siendo a la sazón obispo de la Diócesis José Antonio de Azpeytia Sáenz de Santa María

Finalización de la torre

Posteriormente la torre se partió en dos, concluyéndose las reparaciones en 1877. Actuó como maestro de obras Francisco Hernández Abellán.

La iglesia sufrió otro grave siniestro en 1911, a causa de un seísmo que afectó a la sacristía y de nuevo a la torre, agrietándolas.

La última reparación y mejora importante del templo tuvo lugar en 1992 mediante las obras que dirigió el arquitecto Alfredo Vera Botí. Se restauró la fachada principal y se colocó un nuevo pavimento. También se renovó la iluminación eléctrica.

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