Como en cada una de las Parroquias, en ésta celebramos la muerte de nuestros seres queridos en las exequias. Aquí, en estos momentos de dolor y de tristeza por la separación de aquellos con quienes hemos convivido, nuestra comunidad cristiana se presenta como portadora del mensaje de salvación de Jesucristo en una situación límite: cuando, según todas las apariencias, la vida de una persona ha terminado en circunstancias que siempre resultan penosas. La muerte de nuestros hermanos se convierte así en prueba de nuestra fe y esperanza y, en ocasión privilegiada para testimoniarlas.